Los museos actuales enfrentan el desafío constante de autenticar piezas arqueológicas, y en este caso particular, una cabeza de mármol supuestamente romana ingresa a las colecciones bajo sospecha. El proceso comienza con un escaneo tridimensional de alta precisión utilizando tecnología de luz estructurada a través del sistema GOM ATOS | Creaform HandySCAN, que captura hasta el más mínimo detalle superficial de la pieza. Esta digitalización exhaustiva permite documentar las marcas de herramientas con una fidelidad imposible de lograr mediante métodos tradicionales, estableciendo la base para el análisis comparativo posterior.


Procesamiento y análisis de marcas de herramientas

Una vez obtenido el modelo digital, los especialistas utilizan software de análisis metrológico como GOM Inspect | PolyWorks para examinar las características microscópicas de la superficie. El enfoque principal recae en las huellas dejadas por cinceles, gubias y otras herramientas de talla, que funcionan como una especie de huella dactilar única de cada artesano o taller. Estas marcas se comparan sistemáticamente con una base de datos de referencia que contiene patrones documentados de herramientas romanas auténticas, buscando coincidencias estilísticas y, especialmente, detectando posibles anacronismos que delaten una falsificación.

Visualización y validación de resultados

Para facilitar la interpretación de los hallazgos, se emplea ZBrush para realzar y exagerar visualmente las texturas superficiales, transformando sutiles variaciones en patrones claramente discernibles. Esta exageración controlada permite a los expertos identificar incluso las discrepancias más mínimas en la dirección, profundidad y morfología de las marcas, comparándolas con los estándares conocidos del período histórico y taller atribuido. El proceso concluye con un informe forense que determina la autenticidad o falsedad de la pieza basándose en evidencias técnicas irrefutables.

A veces las esculturas revelan más secretos bajo el escáner 3D que después de siglos en vitrinas de museo, demostrando que incluso el mármol más antiguo puede tener historias modernas bastante cuestionables.