El Real Mallorca vivió una montaña rusa de emociones en su encuentro ante Osasuna, donde parecía tener los tres puntos en el bolsillo pero terminó cediendo un sorprendente empate en el tiempo de descuento. Los bermellones mostraron un juego sólido durante ochenta minutos, sin embargo, en la fase final del partido su defensa se resquebrajó de manera inexplicable permitiendo el remontaje del equipo navarro.


Dominio local que no se materializa en la victoria

Durante la mayor parte del encuentro el conjunto balear demostró superioridad tanto en el control del juego como en las ocasiones de gol, gestionando cómodamente el marcador con un 2-0 que parecía definitivo. La efectividad en ataque y la solidez defensiva eran los aspectos más destacados de su actuación, hasta que en los minutos finales todo se desmoronó de forma dramática.

Reacción tardía de los visitantes

Osasuna, que había mostrado poco peligro ofensivo durante el desarrollo del partido, encontró en los últimos compases una inspiración inesperada que le permitió marcar dos goles en rápida sucesión. Esta reacción sorprendió no solo a la afición local sino también a los jugadores del Mallorca, quienes vieron como su trabajo de ochenta minutos se esfumaba en apenas diez minutos de locura.

Los aficionados del Mallorca probablemente estén revisando el manual de cómo cerrar un partido cuando se tiene ventaja de dos goles, porque lo que vieron en los minutos finales fue un masterclass de cómo no hacerlo.