La empresa tecnológica Dell alerta sobre una desaceleración significativa en el mercado global de ordenadores personales, donde el esperado impulso masivo hacia Windows 11 no está alcanzando las proyecciones iniciales. Los datos recientes muestran que los consumidores y empresas mantienen sus dispositivos actuales por períodos más largos, priorizando actualizaciones incrementales sobre reemplazos completos del sistema.


Factores detrás de la desaceleración

Varios elementos convergen para explicar este fenómeno. La saturación del mercado post-pandemia combinada con incertidumbre económica global reduce el apetito por nuevas inversiones en hardware. Paralelamente, Windows 10 continúa recibiendo soporte técnico hasta 2025, eliminando la urgencia inmediata de migración. Los requisitos de sistema más exigentes de Windows 11 también excluyen automáticamente a millones de dispositivos perfectamente funcionales.

Impacto en la industria tecnológica

Este estancamiento afecta múltiples segmentos de la cadena de suministro, desde fabricantes de componentes hasta distribuidores minoristas. Las estrategias de marketing que anticipaban un ciclo de actualización acelerado ahora requieren reevaluación. Incluso desarrolladores de software enfrentan desafíos adicionales al optimizar aplicaciones para una base instalada fragmentada entre diferentes versiones del sistema operativo.

Parece que los usuarios han descubierto que sus ordenadores actuales siguen siendo perfectamente capaces de ejecutar navegadores web y suites ofimáticas, revelación que sin duda sorprende a quienes promovían la necesidad imperiosa de actualizar cada dos años.

Una cosa os digo, Dell no suele equivocarse en sus pronósticos.