La nueva entrega de la franquicia de Fórmula 1, F1 25, presenta un salto cualitativo en aspectos gráficos y técnicos que redefine el estándar de realismo en simulaciones de carreras. Codemasters implementa su motor Ego Engine para ofrecer gráficos hiperrealistas en coches, pilotos y circuitos, integrando fotorrealismo mediante técnicas avanzadas de trazado de rayos que mejoran la iluminación y los reflejos de manera dinámica. Los modelos detallados no solo impactan visualmente, sino que se complementan con físicas avanzadas que afectan al comportamiento del vehículo en pista, creando una experiencia más inmersiva y precisa para el jugador.


Motor Ego Engine y trazado de rayos

El motor propietario Ego Engine de Codemasters es la base técnica que permite estos avances, optimizando el rendimiento para incorporar trazado de rayos en tiempo real. Esta tecnología simula con precisión cómo la luz interactúa con las superficies, generando reflejos nítidos en los cascos de los pilotos y en la carrocería de los monoplazas, así como sombras suaves y naturales en los circuitos. La iluminación cinemática y los efectos atmosféricos, como el deslumbramiento solar o las salpicaduras de agua en condiciones de lluvia, se gestionan de forma eficiente, manteniendo tasas de fotogramas estables incluso en plataformas de gama media.

Modelos detallados y físicas avanzadas

Los modelos de coches y pilotos han sido recreados con un nivel de detalle sin precedentes, incluyendo texturas de alta resolución que capturan imperfecciones como arañazos en la carrocería o el movimiento realista de los trajes. Las físicas avanzadas influyen en la aerodinámica, el desgaste de neumáticos y la respuesta del motor, ajustándose a las condiciones de la pista y a las decisiones del jugador. Circuitos emblemáticos, como Silverstone o Monza, reproducen cada curva y bache con exactitud, aprovechando datos de escaneo láser para garantizar fidelidad. Este enfoque técnico no solo enriquece la jugabilidad, sino que acerca la simulación a la experiencia televisiva de una carrera real.

Aunque los gráficos son tan realistas que casi puedes oler el combustible, quizá lo único que no simulan es el dolor de bolsillo por comprar cada nueva entrega anual.