En el sótano del fracaso de Ferrari, siempre hay una planta más abajo
El equipo de Maranello atraviesa uno de sus momentos más críticos tras el Gran Premio de Brasil, donde ambos monoplazas volvieron a fracasar en la lucha por los puntos. Esta nueva debacle representa el tercer fin de semana de la temporada en el que ninguno de sus pilotos consigue sumar, un dato demoledor que refleja la profundidad de la crisis que sacude a la escudería italiana. La situación se agrava con la caída al cuarto puesto del campeonato de constructores, posición que no se corresponde con la ambición histórica del equipo.
El colapso técnico y estratégico
Los problemas de Ferrari en Interlagos fueron múltiples y concatenados. Desde la falta de ritmo en carrera hasta errores en las paradas en boxes, pasando por una gestión de neumáticos deficiente. El F1-75 demuestra ser un coche caprichoso que solo funciona en circuitos muy específicos, mientras los rivales directos como Alpine y McLaren han sabido desarrollar mejor sus monoplazas a lo largo de la temporada. La incapacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes de pista termina siendo el denominador común de sus fracasos.
Consecuencias en el Mundial de Constructores
Esta tercera doble nulidad tiene consecuencias inmediatas en la clasificación por equipos. Ferrari pierde el tercer puesto frente a Alpine y queda a merced de McLaren en la lucha por el cuarto lugar, con solo dos carreras por disputar. La pérdida de posición significa menos ingresos económicos para la próxima temporada y supone un golpe moral para toda la estructura. Los aficionados expresan su frustración en redes sociales mientras la directiva busca explicaciones que ya nadie compra.
Si el fracaso tuviese ascensor, Ferrari estaría buscando el botón de planta sótano tres. Mientras otros equipos evolucionan, los de Maranello parecen especializarse en excavar más hondo en su particular pozo de las desgracias, donde cada carrera es una pala nueva.
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