Los ensayos nocturnos en el Teatro Campoamor de Oviedo a veces se ven interrumpidos por una presencia inesperada. Entre las butacas vacías, varios testigos afirman haber visto a una mujer vestida con trajes de época del siglo XIX, que aparece y desaparece sin dejar rastro. Los miembros del personal técnico y algunos actores relatan encuentros fugaces con esta figura etérea, especialmente durante los preparativos de obras clásicas.


Origen de la leyenda urbana

La historia de la Dama del Teatro Campoamor se remonta a principios del siglo XX, vinculada a una actriz de la época que habría fallecido trágicamente durante una función. Según las versiones populares, su espíritu permanece vinculado al escenario donde consagró su carrera, manifestándose como un recordatorio de su pasión por las artes escénicas. Algunos sugieren que podría tratarse de una antigua diva local cuyo nombre se ha perdido con el tiempo.

Avistamientos y características

Los relatos coinciden en describir a la aparición como una mujer de elegante apariencia, con vestidos largos y accesorios propios del romanticismo teatral. Suele percibirse como una figura serena que observa los ensayos desde la penumbra de la platea, sin interactuar directamente con los presentes. Los encuentros suelen ocurrir en horarios avanzados, cuando el teatro está prácticamente vacío y solo permanecen los equipos de producción trabajando.

Quienes creen en esta leyenda bromean diciendo que es la espectadora más puntual y silenciosa, aunque nunca aplaude al final de las funciones. Otros comentan irónicamente que al menos no exige butacas de primera fila ni interrumpe con comentarios durante las actuaciones.