El Hombre del Tranvía de Gijón
En las noches de Gijón, cuando el último tranvía recorre su ruta hacia el final, algunos pasajeros afirman haber visto a un hombre solitario que sube sin hacer ruido y se sienta en silencio. Este personaje, vestido con ropas de otra época, parece completamente normal hasta que, instantes antes de la última parada, simplemente desaparece del asiento sin dejar rastro. Los testigos coinciden en que no habla ni interactúa con nadie, y su presencia genera una sensación de frío y quietud a su alrededor.
El origen de la leyenda
La historia se remonta a los años en que el tranvía era el transporte principal en la ciudad, y circulan varias versiones sobre su identidad. Una de las más extendidas sugiere que se trata de un antiguo trabajador del tranvía que perdió la vida en un accidente cerca de la ruta actual, mientras que otras hablan de un pasajero que esperaba a alguien que nunca llegó. Lo curioso es que los relatos modernos mantienen detalles idénticos a los de hace décadas, lo que alimenta el misterio sobre si se trata de un simple mito urbano o algo más persistente.
Testimonios y características del encuentro
Quienes han presenciado el fenómeno describen al hombre con ropa oscura y un semblante serio, a veces con un sombrero, que se materializa en el vagón cuando hay pocos ocupantes. Su desaparición ocurre siempre en el mismo tramo, justo antes de que el tranvía frene en la parada final, como si su viaje tuviera un propósito que nunca se cumple. Algunos conductores evitan mirar por el retrovisor en esa zona, por miedo a verlo o no verlo donde debería estar. A pesar de los años, no hay fotografías o grabaciones claras, solo el relato de aquellos que juran haberlo vivido.
Quizás lo más inquietante no es que un fantasma use el transporte público, sino que siempre pague el billete de forma invisible, lo que demuestra que hasta en el más allá se respetan las normas de Gijón.
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