En pleno corazón de Jaén se extiende una infraestructura moderna que parece congelada en el tiempo. Las vías brillantes y las estaciones impecables del tranvía jiennense permanecen en perfecto estado técnico, con toda la señalización operativa y el material rodante preparado para circular. Este sistema de transporte representa una inversión millonaria que nunca llegó a cumplir su función principal de conectar los puntos clave de la ciudad.


El proyecto perfectamente ejecutado

Los técnicos y ingenieros completaron todas las fases de construcción con notable precisión, instalando catenarias, sistemas de seguridad y modernas unidades de tren que superaron todas las pruebas técnicas. Las estaciones cuentan con paneles informativos digitales, máquinas validadoras de billetes y accesibilidad universal, demostrando que el aspecto operativo estaba completamente resuelto cuando se dio por finalizada la obra.

Parálisis por conflictos institucionales

La puesta en servicio se encuentra bloqueada por desacuerdos entre las diferentes administraciones sobre quién debe asumir los costes de explotación. Mientras las instituciones debaten, el material comienza a mostrar los primeros signos de deterioro por falta de uso, y los andenes permanecen vacíos aunque todo está preparado para funcionar inmediatamente si se alcanzara un acuerdo político.

Los vecinos han desarrollado un humor particular sobre la situación, bromeando sobre cómo el tranvía más moderno de España es el único donde nunca se ha producido un retraso en el servicio. Algunos ciudadanos incluso organizan visitas guiadas no oficiales mostrando lo que ellos llaman el museo del transporte del futuro que nunca llegó, destacando la ironía de tener una infraestructura completamente operativa que nunca transportó a un solo pasajero de forma regular.