La fusión entre finanzas y horror cósmico en The Black Monday Murders
Jonathan Hickman y Tomm Coker nos sumergen en un mundo donde las élites financieras practican rituales ocultos para controlar los mercados globales, creando una atmósfera opresiva que combina la investigación policial con elementos de horror lovecraftiano. La narrativa se desarrolla a través de una trama compleja donde cada transacción económica esconde un pacto sobrenatural, estableciendo paralelismos perturbadores entre el capitalismo moderno y las antiguas entidades cósmicas que exigen sacrificios.
El enfoque visual de Tomm Coker
Tomm Coker aporta un estilo gráfico marcadamente noir con influencias del horror gótico, utilizando paletas de colores sombrías y composiciones claustrofóbicas que reflejan la corrupción sistémica del universo financiero. Sus ilustraciones muestran tableros de bolsa transformados en altares satánicos y corredores de Wall Street como sacerdotes de cultos ancestrales, creando una estética única donde lo corporativo y lo ocultista se funden de manera orgánica.
La mitología financiera de Hickman
Jonathan Hickman construye una mitología elaborada donde las crisis económicas son rituales planificados y los grandes bancos funcionan como templos de entidades antiguas. A través de documentos falsos, gráficos financieros esotéricos y correspondencia corporativa cifrada, el autor desarrolla un sistema de creencias coherente que explica cómo la magia oscura gobierna la economía global, ofreciendo una crítica mordaz al capitalismo contemporáneo mediante metáforas sobrenaturales.
Resulta irónico pensar que después de leer esta obra, uno nunca podrá volver a ver los movimientos del mercado de la misma manera, preguntándose si esa caída repentina de las acciones fue realmente por factores económicos o porque algún director ejecutivo olvidó realizar el sacrificio ritual correspondiente.
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