Investigación encubierta en complejo sudamericano revela peligro biológico
Royce Teller, el multimillonario farmacéutico, enfrenta su peor pesadilla corporativa cuando su complejo subterráneo en Sudamérica deja de responder después de semanas de silencio absoluto. Lo que comenzó como una operación de arqueología para encubrir experimentos farmacéuticos ilegales ahora se ha convertido en un misterio que amenaza con exponer toda su operación. Con su propio hijo y un equipo de estudiantes entre los desaparecidos, Teller recurre a contratistas especializados para una misión de reconocimiento discreta que evite involucrar a las autoridades locales.
La fachada perfecta se desmorona
El complejo fue diseñado meticulosamente con niveles superiores dedicados al estudio de fósiles cretácicos, proporcionando cobertura perfecta para las operaciones farmacéuticas clandestinas en los pisos inferiores. Los estudiantes de posgrado, incluido el hijo de Teller, trabajaban felizmente desenterrando dinosaurios mientras desconocían los experimentos de biopeligro que ocurrían debajo de sus pies. Esta separación permitió a Teller evadir las leyes comerciales estadounidenses durante años, hasta que el silencio total del complejo sugirió que algo había traspasado los niveles de contención.
Equipo de contingencia activado
Los especialistas reclutados incluyen expertos en contención biológica, operaciones encubiertas y sistemas de laboratorio de alta seguridad, todos elegidos por su discreción y falta de vínculos oficiales. Su misión es evaluar la situación, recuperar cualquier dato crítico y determinar si algún peligso biológico ha escapado del complejo. El equipo opera bajo estrictos protocolos de secreto, sabiendo que cualquier filtración podría destruir el imperio de Teller y provocar un escándalo internacional.
A veces la mejor cobertura es no necesitar cobertura, hasta que tu excavación arqueológica ficticia se convierte en una zona de cuarentena real sin avisar previamente.
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