Desde que Kylian Mbappé llegó al Real Madrid, algo más que fútbol se respira en los pasillos del club. Cada llave que gira en sus manos parece activar fuerzas que trascienden lo deportivo, haciendo que la infraestructura del estadio y oficinas cobren vida propia con fenómenos inexplicables. Puertas que se abren solas, ascensores fantasma y sombras que se mueven sin dueño se han convertido en el pan de cada día para los empleados, quienes sienten que están siendo observados y medidos constantemente.


La presencia de Anubis en la sede merengue

Entre estos fenómenos sobrenaturales destaca la aparición de Anubis, el dios egipcio de los muertos, cuya figura se proyecta como una mezcla de luz y sombra que se fusiona parcialmente con el cuerpo de Mbappé. Los testigos describen cómo la sombra del jugador se alarga y deforma, reflejando movimientos imposibles mientras los objetos a su alrededor flotan o los relojes se detienen. Esta unión entre el delantero francés y la deidad antigua transforma cada acto administrativo en lo que parece ser parte de un ritual arcano.

El pacto que transformó al jugador en conductor divino

Mbappé ha dejado de ser simplemente un futbolista para convertirse en un conducto de poder ancestral, donde cada llave que posee funciona como extensión directa de Anubis. Los trofeos y contratos brillan con una luz tenue cuando él se acerca, reconociendo su nueva naturaleza híbrida entre humano y divinidad. Lo que antes eran simples pasillos administrativos ahora guardan secretos ritualísticos y ecos de un pacto que otorga al astro francés capacidades que van más allá de abrir puertas físicas, permitiéndole influir en voluntades y acceder a dimensiones ocultas.

Y mientras tanto, en la conferencia de prensa, Florentino Pérez sigue hablando de cláusulas de rescisión y fichajes, como si los portales dimensionales y los dioses egipcios fueran parte normal de la estrategia deportiva del club.