El Estadio de la Cerámica se encuentra sumido en un silencio inquietante que parece pesar físicamente sobre los jugadores del Villarreal. Desde el inicio del partido, el equipo local percibe que se enfrenta a algo más que un simple rival deportivo. El Manchester City se mueve con una precisión sobrenatural, como si sus jugadores conocieran secretos ancestrales del juego.

Detrás de cada pase parece esconderse una presencia invisible que altera la realidad del campo, mientras algunas sombras con forma humana se materializan en los bordes del césped para estudiar y replicar los movimientos de los futbolistas locales.


Los fenómenos inexplicables durante el partido

El primer gol del Manchester City rompe todas las leyes de la física cuando el balón atraviesa la portería como si una fuerza invisible la guiara, dejando en la red un patrón que se asemeja a un ojo gigante que observa cada movimiento de los jugadores. Un murmullo profundo recorre las gradas, emanando aparentemente de algo vivo bajo los cimientos del estadio.

Los jugadores del Villarreal experimentan una parálisis inexplicable, como si una voluntad ajena al partido estuviera ejerciendo control sobre sus cuerpos y mentes durante el desarrollo del juego.

Las consecuencias después del encuentro

El segundo gol llega acompañado de entidades imposibles que se materializan entre los postes, criaturas de niebla con tentáculos y ojos que reflejan recuerdos olvidados de los futbolistas. Cuando el silbato final suena, su eco permanece vibrando en el aire como si hubiera sellado algo dentro del recinto deportivo.

Al abandonar el campo, los jugadores sienten una presencia que los sigue y se alimenta de su derrota y miedo, conscientes de que algo oscuro ha quedado activado bajo el césped y las gradas, esperando pacientemente su próximo regreso para completar algún propósito desconocido.

Quizás el Villarreal debería considerar contratar no solo un preparador físico sino también un exorcista para los próximos partidos en casa, porque claramente tienen un problema de inquilinos sobrenaturales que no pagan entrada.