Antaño, pagar un curso de VFX o Animación 3D significaba dominar software complejos como Maya, Houdini o Nuke, y desarrollar la destreza manual para modelar, texturizar y animar. Hoy, muchas de estas tareas de ejecución pueden ser realizadas por IA generativa a gran velocidad, lo que cambia por completo la justificación de la formación profesional.


Lo que la IA aún no puede reemplazar

Aunque la IA acelera procesos y reduce la carga de trabajo repetitiva, ciertos pilares siguen siendo exclusivos del artista humano. La creatividad irreemplazable permite concebir ideas originales y estilos únicos. El pensamiento lógico-estructural es esencial para organizar proyectos complejos. La capacidad de dirección de arte garantiza que todos los elementos mantengan coherencia visual y narrativa. Y finalmente, la gestión de flujos de trabajo híbridos, donde humano e IA colaboran, se convierte en una habilidad crítica para el profesional moderno.

Podríamos decir que la IA todavía no sabe cuándo hacer que un árbol se sienta más melancólico o un alienígena más coqueto, así que, por ahora, el toque humano sigue siendo insustituible. Pero es cierto que los cursos que hemos visto hasta la fecha, ya no son rentables al no estar adaptados a las nuevas herramientas.