Hoy en día, la industria audiovisual vive una revolución. Las nuevas tecnologías y los efectos visuales (VFX) no solo mejoran la calidad de la imagen, sino que cambian por completo la forma en que se cuentan las historias. En comerciales y cortometrajes, estas herramientas permiten lograr resultados que antes solo veíamos en grandes producciones de cine. Lo impresionante es cómo la creatividad se expande gracias a softwares como Blender, Houdini o Unreal Engine, que acercan la magia del 3D a equipos pequeños con grandes ideas.


Del render al impacto visual

En la publicidad, los VFX ya no son solo un recurso para sorprender, sino una parte esencial del mensaje. Un producto que flota entre partículas simuladas en Houdini o una ciudad creada en Unreal Engine puede transmitir emociones con una fuerza que supera cualquier rodaje tradicional. El flujo de trabajo se vuelve más ágil gracias al render en tiempo real, lo que permite a los directores ajustar luces, cámaras o materiales sobre la marcha. Así, la postproducción deja de ser el final del proceso y se convierte en una parte viva de la creación.

El equilibrio entre técnica y emoción

Los avances técnicos solo funcionan cuando están al servicio de la historia. Por eso, en los mejores comerciales y cortometrajes vemos cómo los efectos no distraen, sino que acompañan la emoción. Softwares como Nuke o DaVinci Resolve Fusion permiten integrar cada elemento con precisión, logrando una armonía visual que hace olvidar al espectador que está viendo algo generado digitalmente.

Cuando el ordenador pide derechos de autor

Con tanto realismo y automatización, algunos artistas bromean diciendo que pronto la IA pedirá su propio crédito en los títulos finales. Tal vez no falte tanto para que un asistente digital se queje porque no le gustó la corrección de color.