La cuántica sale del laboratorio y entra al diseño. La ONU ha declarado 2025 como el Año Internacional de la Ciencia y Tecnología Cuántica, y aunque a primera vista suena a tema exclusivo para físicos con pizarras llenas de fórmulas, lo cierto es que este campo empieza a rozar también al mundo del diseño digital, el 3D y la visualización científica. ¿Cómo? A través de nuevas herramientas de simulación, render y procesos creativos que se benefician de los principios cuánticos como la superposición y el entrelazamiento.


Renderizado, física y datos: todo más rápido (y raro)

Con el desarrollo de la computación cuántica, tareas que antes tomaban horas, como el cálculo de simulaciones físicas complejas o renderizados pesados, podrían reducirse drásticamente. Imagina lanzar una simulación en Houdini que resuelva colisiones entre miles de partículas… en segundos. Aunque aún es temprano para ver esto en nuestros equipos caseros, empresas como NVIDIA, IBM y Autodesk ya exploran cómo integrar estos avances al diseño visual, especialmente en entornos con física realista, efectos cuánticos simulados y animaciones complejas.

Diseño gráfico para explicar lo inexplicable

Otro campo donde el diseño es clave es en la divulgación de la ciencia cuántica. Fenómenos como el entrelazamiento, el colapso de onda o el túnel cuántico son difíciles de explicar solo con palabras. Aquí entran en juego herramientas como Blender, After Effects o TouchDesigner, que permiten crear animaciones abstractas o visualizaciones educativas para museos, documentales y redes sociales, ayudando a traducir la ciencia compleja en imágenes comprensibles… o al menos bonitas.

¿Y si el futuro del diseño fuera cuántico?

Aunque suene exagerado, hay quienes ya piensan en algoritmos de diseño generativo basados en lógica cuántica, donde las decisiones creativas no siguen un camino lineal, sino probabilístico. ¿El resultado? Diseños impredecibles pero con sentido, como si un shader tuviera libre albedrío. Y sí, suena a caos, pero también a innovación. Al final, si estamos acostumbrados a hacer renders con motores que simulan la luz real, ¿por qué no simular también cómo la realidad se comporta a nivel subatómico?