Investigadores de la Universidad de Texas en Austin han desarrollado un método de impresión 3D que permite fabricar objetos con zonas blandas y rígidas en una sola pieza. La técnica usa resinas especiales y dos tipos de luz, violeta y ultravioleta, para controlar las propiedades del material durante el proceso de impresión. Así, una misma pieza puede combinar la flexibilidad de la goma con la resistencia del plástico sin problemas en la unión.


Imitar la naturaleza para crear materiales híbridos

El principal reto en la fabricación de materiales mixtos es que suelen fallar en las zonas donde se unen partes diferentes. El equipo liderado por Zak Page se inspiró en cómo la naturaleza combina tejidos duros y blandos sin que se separen o rompan. Por eso diseñaron una resina líquida que reacciona distinto según la luz que reciba: la violeta la vuelve gomosa y la ultravioleta la endurece, permitiendo transiciones suaves dentro de un mismo objeto.

Demostraciones prácticas y resultados sorprendentes

Con esta tecnología imprimieron una articulación de rodilla funcional, donde ligamentos flexibles se movían junto con huesos rígidos sin problema. También crearon un dispositivo electrónico elástico con un hilo de oro, que podía doblarse sin romper el circuito. Los investigadores admiten que les sorprendió lo bien que funcionó desde el primer intento, algo poco común en impresiones 3D con resinas.

Aplicaciones y ventajas para el futuro

Este avance abre la puerta a prótesis más naturales, dispositivos médicos flexibles y electrónicos estirables que se adapten mejor al cuerpo humano. Además, el método es más rápido, ofrece mejor resolución y usa equipos accesibles comparado con técnicas anteriores. La investigación fue publicada en Nature Materials, confirmando un paso adelante en la impresión 3D de materiales híbridos.

Al final, parece que la próxima generación de impresoras 3D no solo va a fabricar objetos, sino que también sabrá cuándo ser flexibles… justo como nosotros cuando intentamos hacer yoga.