Una empresa llamada Precision Additive está dando de qué hablar en el mundo de la fabricación aditiva. Se trata de una startup estadounidense que apuesta por el magnesio, un metal ligero y difícil de trabajar, para revolucionar la impresión 3D en el sector defensa y aeroespacial. ¿La clave? Un sistema propio que promete imprimir piezas con calidad de certificación aérea directamente desde la máquina.

Una tecnología propia que evita errores del pasado

El CEO Bala Anand Jeldi, conocido por construir la impresora SLS más grande del mundo hace más de una década, ahora lidera esta nueva apuesta. Su sistema, llamado SSLM (Selective Stepped Laser Melting), mejora los problemas comunes de la fusión por lecho de polvo: menos porosidad, menos salpicaduras y una mayor estabilidad del material durante la impresión. En resumen, piezas listas para volar sin pasar por mil validaciones.


Magnesio: liviano, resistente y (mal) entendido

El CTO Daniel Braley, ex Boeing, tiene claro que el magnesio tiene mala fama: muchos ingenieros creen que es explosivo por defecto. Pero la realidad es que solo representa riesgo en forma de polvo o vapor. Como pieza sólida, es estable, más ligero que el aluminio y excelente para absorber vibraciones, lo que lo hace ideal para helicópteros, drones y hasta componentes automotrices premium.

Aplicaciones que van del espacio a la medicina

En el entorno 3D, este tipo de avances no solo se limitan a lo aeroespacial. En software como Siemens NX o SolidWorks se pueden modelar las complejas geometrías que este nuevo sistema puede imprimir, y programas como Magics o Netfabb serían clave en el procesado previo. Además, el magnesio impreso podría usarse en implantes biodegradables o incluso baterías del futuro.

Una carrera contrarreloj... y contra China

El trasfondo geopolítico no es menor. China controla más del 90% del suministro mundial de magnesio, lo que convierte este metal en un asunto de seguridad nacional para EE. UU. Precision Additive no solo quiere imprimir piezas, también explora formas de extraer magnesio localmente, por ejemplo, desde dolomita estadounidense. El objetivo: reindustrializar la cadena de materiales críticos.

De 3 empleados a 50, y aún sin enseñar la máquina

El equipo pasó de ser un puñado de personas a una empresa que ya tiene pedidos para más de 25 máquinas funcionando sin parar, y eso sin haber mostrado el sistema completo al público. Eso sí, las primeras imágenes de piezas solo las verán algunos clientes estratégicos… Así que por ahora, al resto nos toca imaginar cómo se ve la impresora que promete cambiar las reglas del juego. Quién diría que algo tan volátil como el magnesio iba a ser la apuesta más estable del sector.