Un nuevo material con las mismas propiedades de transmisión de la luz que el vidrio ha sido creado por una empresa japonesa.
Este material, fue desarrollado para fabricar parabrisas de aviones. Las aves en los aeropuertos, siempre son un problema para los vuelos pues cualquiera de ellas que impacte de frente a la velocidad de despegue o de aterrizaje (o incluso en el mismo vuelo a mediana altura) ocasiona desastres.
Este nuevo material (un polímero) resiste ese impacto convirtiéndose en el material ideal.
Para realizar pruebas de laboratorio, los japoneses, crearon también un cañón que disparara masas semejantes a un la masa de un ave y a velocidades que también son semejantes a las de un impacto real, se trata de un cañón de pollos. Los pollos por ser un ave de un tamaño mediano y de fácil obtención son ideales para experimentar. Las numerosas pruebas fueron todo un éxito en Japón. De inmediato, esto llamó la atención del gobierno de Bush y de Bush mismo, pues este material también podría ser usado militarmente. Eu, compró entonces el cañón de pollos y varias planchas del nuevo polímero para experimentar.
resultados de los experimentos norteamericanos:
-se carga el cañón con un pollo mediano y se lo dispara contra el polímero.
resultado: el pollo hace el polímero, el cual atraviesa sin dificultades, traspasa la división de la cabina de piloto y llega hasta la mitad de la aeronave destrozando todo lo que se le cruza a su paso.
-se repone el polímero y se lo vuelve a intentar:
resultado: el pollo vuelve a hacer el polímero, pega en la cabeza del dummy-piloto arrancandosela y reventándola como una sandia, atraviesa nuevamente la cabina y se detiene después de derribar los tres primeros asientos de pasajeros.
Los sabios norteamericanos. Indignados por la estafa japonesa, envían un extenso mail expresando su disgúesto y relatando sus experiencias, y exigiendo no solo una explicación si no que también un resarcimiento por la estafa al gobierno y pueblo de los EU.
La respuesta nipona no se hizo esperar. Fue sintética. Tajante. Con la frialdad que caracteriza a los orientales, los japoneses respondieron con solo cuatro palabras en inglés que decían:
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please. Unfreeze the chickens. Saludos (1000).