Psicología del fanatismo. El fanatismo constituye una patología de la conducta humana. Es una forma desviada del comportamiento que se caracteriza por los tres rasgos siguientes.
1) creerse en posesión de toda la verdad, al menos en relación con un ámbito de la realidad.
2) vivir esa posesión he modo exaltado, cuasi místico, como de enviado.
3) sentir un imperativo irresistible a imponer la verdad a los demás como misión ineludible. El fanatismo se sitúa al lado de la desmesura, de la exageración y de la exacerbación. El fanático siempre va más, allá de lo debido, la dinámica del fanatismo tiene la estructura de la desproporción. Es el modo desproporcionado de entender y defender la causa, es la condición de aquéllos que, creyéndose investidos de una misión religiosa, civil o social, y teniendo una pertinacia singular en sus ideas, recurren a todos los medios, aún los violentos para hacerlas triunfar. El fanatismo se alimenta y se expresa mediante un conjunto de factores que son.
· la convicción irracional más que la búsqueda sincera de la verdad: el fanatismo tiene ambiente propicio en la ignorancia y en el prejuicio, el fanático razona con las vísceras más que con la inteligencia.
· la conciencia desmedida de su propia grandeza: el fanático se identifica con la causa que defiende, el fanatismo linda con el delirio, la obcecación y la intemperancia.
· la intolerancia como forma de relación interpersonal he intergrupal: el fanático se alimenta del celo inquisitorial y actúa como fiscal o comisario de la verdad, el fanatismo se identifica con la praxis de la unidimensionalidad.
Son muchas las causas que dan origen al fanatismo. El fanático llega a hacerse por la actuación conjugada de variados procesos. No suelen faltar determinados factores disposiciónales, en efecto, personalidades esquizoides y paranoides tienen una propensión clara al fanatismo. El esquizoide es una personalidad rígida que vive su afectividad de un modo disociado y que es capaz de anteponer el esquema prefabricado a la evidencia de la vida. Por su parte, el paranoide se caracteriza por la fijeza en sus ideas, por la manía de grandeza y por la presencia en el de ideas delirantes.
Se comprende, pues, que tanto el esquizoide cómo el paranoide tengan cierta predisposición al fanatismo.
Junto a los factores disposiciónales hay que situar la historia personal del sujeto. El fanático llega a serlo como conclusión y salida a determinadas frustraciones personales. El componente de frustración es más evidente en algunos tipos de fanatismo determinados por un deseo desmedido de superación. Con relativa frecuencia el fanatismo constituye la patología de la debilidad y del resentimiento, sujetos incapaces de vivir y actuar desde la precariedad de su peculiar psicología se lanzan a la desmesura del fanatismo como una tabla de salvación. La búsqueda de una seguridad ficticia que venza la inseguridad personal está en el origen de muchos comportamientos fanáticos. Mirado desde las teorías de la personalidad social, el fanático se configura mediante los factores siguientes: el autoritarismo, la intransigencia y la exaltación. La personalidad social del fanático se alimenta del autoritarismo, se relaciona con los demás de forma intransigente y vive su vida social de modo intemperante y exaltado. Hay situaciones históricas, ambientes ideológicos y opciones socio políticas que atraen y segregan personalidades fanáticas.