Recioso. Y que podía dedicarle una o dos horas diarias para que quedase estupendo. Y empecé a modelar. A las 09:00.
Con lo que el trabajo de la empresa empezó a retrasarse.
Curiosamente esos días, a las 8 horas de estar en el trabajo, se me caía el lápiz de las manos y me iba a mi casa.
Respetando escrupulosamente, como nunca en mi vida había hecho, el horario laboral.
A los 4 días me dijo que dejara lo del chalet, que había que entregar los trabajos.
Ya nunca nada fue igual.
Y desde entonces, hasta que fui, no se me subió a chepa ni una sola vez.
En mi actual trabajo me pasa igual, y Almudena lo puede decir.
Soy el único que no hace nada de los s fuera del estudio de mi jefe (trabajos de su finca de caza).
Siendo el diseñador de la empresa, las invitaciones de cacerías, planos las hacen los otros.
A mí no me ha dicho nada en 7 años que llevo aquí.
Moraleja, Frank, si te bajas los pantalones un día.
Ya no te los pones en su sitio.