El idiota del metro
Lo cierto es que se merecen dos ostias y más todos los niñatos que van de este palo, por aquí en Barcelona, parece la última moda, es lo que está en auge y lo cierto es que dan ganas de darles un capón, pero estamos en lo de siempre, dilema ético moral, si nos cogemos la ley por nuestra mano o usamos la ley que pagan nuestros impuestos. Si llamas a la policía, entre que vienen una cosa y otra los chavales están en la otra punta de la ciudad, y si tu les pegas cuatro ostias, a la tercera ya tienes a la poli y encima cabe la posibilidad que tú, un pobre transeúnte que ha ido a socorrer a un tercero, acabe con una denuncia y en los juzgados, en definitiva esto empieza a ser la ciudad sin ley donde los jóvenes vandalos van sembrando el terror y nadie hace nada por temor a las represalias de los propios chavales o de la policía.
Vaya asco de sociedad.
Ignorar para preguntar y preguntar para saber, eso es aprender.