El Laboratorio JSK de la Universidad de Tokio desarrolla a Kengoro, un robot humanoide que busca replicar con gran fidelidad el sistema musculoesquelético de una persona. Su diseño incorpora una columna vertebral flexible y una estructura que simula huesos, músculos y tendones, lo que le permite ejecutar movimientos complejos y naturales. Para controlar sus 108 motores, que generan mucho calor, los ingenieros idearon un sistema de refrigeración innovador.


Su sistema de refrigeración simula sudar

El robot disipa el calor haciendo circular agua a través de su marco esquelético de aluminio poroso. El agua se filtra y se evapora en la superficie, de manera similar a como el sudor enfría el cuerpo humano. Este método permite que Kengoro funcione durante largos periodos sin que sus motores se sobrecalienten, incluso cuando ejecuta tareas físicamente exigentes como hacer flexiones.

Su estructura prioriza el movimiento versátil

Al emular la anatomía humana, con múltiples puntos de actuación distribuidos, Kengoro puede realizar movimientos dinámicos que otros robots rígidos no logran. Su espalda flexible es clave para equilibrarse y absorber impactos. Los investigadores usan este robot para estudiar cómo se mueve el cuerpo, lo que ayuda a avanzar en áreas como la robótica de asistencia y la comprensión de la biomecánica.

Quizás el próximo paso sea diseñar un robot que también se queje del calor y pida una bebida fría, completando la imitación humana.