El efecto chromatic aberration aplicado a contornos suaves cansa la vista
Aplicar aberración cromática, o separar los canales RGB, sobre áreas de color plano y contornos suaves genera un problema visual. Este método no aporta un efecto estilístico definido y, en cambio, degrada la claridad de la imagen. El resultado es una apariencia borrosa y sucia que fatiga la vista del espectador, ya que el ojo intenta enfocar sin encontrar bordes nítidos donde anclar la visión.
El efecto se basa en desplazar los canales de color
La técnica funciona desplazando ligeramente los canales rojo, verde y azul de una imagen. Cuando se aplica solo en bordes de alto contraste, puede simular un artefacto de lente o añadir un toque estilizado retro. Sin embargo, al usarlo de forma uniforme sobre superficies homogéneas, se crea un desajuste constante de color. Esto elimina la limpieza de los planos de color y difumina las transiciones suaves, generando ruido visual.
El resultado final perjudica la legibilidad visual
La imagen pierde definición y se vuelve difícil de leer. El ojo humano percibe este desalineamiento cromático como un error o una falta de foco, lo que fuerza un esfuerzo adicional para interpretar la escena. En proyectos visuales, donde la claridad comunica, este uso indiscriminado del efecto actúa en contra del mensaje. No potencia la atmósfera ni añade carácter, simplemente ensucia la composición.
Aplicar este efecto de forma tan generosa es como querer empañar una ventana para que parezca más interesante, solo consigues que nadie quiera mirar a través de ella.
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