Los anillos de Saturno no son estructuras planas y delgadas como se suele pensar. Nuevas observaciones del telescopio espacial James Webb revelan que en realidad forman un enorme toro de polvo que envuelve al planeta. Este toro se extiende mucho más allá de los anillos principales visibles, creando una envoltura difusa y masiva.


El James Webb capta una estructura tridimensional

Los datos infrarrojos del telescopio muestran que el sistema de anillos tiene una forma tridimensional compleja, similar a un donut gigante. Esta estructura se compone de partículas de hielo y roca que se extienden desde las regiones más internas hasta una gran distancia en el espacio. La visión tradicional de un disco plano es, por tanto, una simplificación de su verdadera naturaleza volumétrica.

El polvo se extiende más allá de los anillos brillantes

La parte más brillante y reconocible de los anillos corresponde solo a la sección más densa de este toro. Sin embargo, una nube de polvo mucho más tenue y extensa la rodea, abarcando un volumen espacial considerable. Esto sugiere que el material que forma los anillos está más disperso y ocupa más espacio del que se estimaba con observaciones previas en luz visible.

Parece que Saturno, en su afán por destacar, decidió que un simple cinturón de asteroides era demasiado común y optó por una gigantesca rosquilla cósmica.