Craig Thompson narra su adolescencia en Blankets, una novela gráfica autobiográfica. La historia se centra en su primer amor durante un campamento de invierno y su educación en una familia cristiana fundamentalista. El libro explora temas como la fe, la duda, la familia y el paso a la vida adulta. Thompson presenta estos elementos con una sensibilidad que conecta con el lector, mostrando conflictos internos y relaciones personales. La obra evita sentimentalismos excesivos para mantener un tono reflexivo y honesto sobre la experiencia humana.


El estilo artístico emplea blanco y negro lírico

El arte de Thompson destaca por su trazo fluido y caligráfico, realizado con pincel. Utiliza un blanco y negro muy rico y orgánico, lleno de texturas y contrastes. Las páginas integran metáforas visuales que amplifican la narrativa emocional, como patrones de nieve o las propias mantas del título. Este enfoque visual crea una atmósfera poética que envuelve al lector. La composición de las viñetas fluye de manera natural, guiando la mirada y reforzando los estados de ánimo del relato.

La obra aborda la transición personal y espiritual

Más allá del romance, Blankets profundiza en la crisis de fe del autor y su relación con un entorno religioso estricto. Thompson muestra cómo cuestiona las doctrinas aprendidas y busca su propio camino. La dinámica familiar, marcada por la rigidez y el afecto, juega un papel crucial en este proceso. La novela gráfica logra plasmar la universalidad de crecer y separarse de los dogmas, sin caer en juicios absolutos sobre la religión. Se presenta como un testimonio íntimo de descubrimiento personal.

El protagonista pasa dos semanas en casa de su novia de invierno y, contra todo pronóstico, no ocurre ningún drama apocalíptico familiar, solo torpes conversaciones y momentos de tierna incomodidad que cualquier adolescente reconocería.