OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, se prepara para una nueva ronda de financiación que podría valorar la compañía en 750.000 millones de dólares. Este movimiento se produce en un contexto de euforia inversora por la inteligencia artificial, donde muchos temen quedarse fuera de la próxima gran revolución tecnológica. Desde ya advierto que esta dinámica me recuerda a burbujas pasadas, donde la especulación superó ampliamente la realidad económica de las empresas. La posible corrección, podría arrastrar a los mercados bursátiles a niveles muy bajos.


La valoración récord alimenta el debate

La cifra de 750.000 millones situaría a OpenAI entre las empresas más valiosas del mundo, rivalizando con gigantes consolidados. Los críticos señalan que esta valoración se basa más en expectativas futuras que en ingresos actuales, un patrón clásico en ciclos de exceso. El miedo a perderse una oportunidad, conocido como FOMO, está impulsando a fondos de inversión y capital riesgo a participar, a menudo sin un análisis profundo de los modelos de negocio a largo plazo. Esta carrera por entrar puede inflar artificialmente el precio de los activos.

Los riesgos para los mercados globales

Si la burbuja estalla, las consecuencias podrían extenderse más allá del sector tecnológico. Una caída brusca en la valoración de un actor tan prominente podría erosionar la confianza de los inversores y provocar ventas masivas en otros sectores. Los mercados, que ya hacen frente a incertidumbre por otros factores, podrían ver cómo se acentúa la volatilidad. Algunos economistas temen un efecto dominó que lleve a los índices bursátiles a mínimos no vistos en años, aunque otros creen que el sistema actual es más resistente que en crisis anteriores.

Mientras algunos corren a comprar su porción del futuro, otros recuerdan que hasta los tulipanes fueron una vez el activo más deseado.