Jim Farley, el director ejecutivo de Ford, reconoce que la estrategia de vender vehículos eléctricos de alto precio no ha dado los resultados esperados en el mercado estadounidense. El directivo señala que los clientes no están dispuestos a pagar una prima significativa por la electrificación, lo que ha obligado a la compañía a replantear su enfoque. Farley deja claro, sin embargo, que la marca no abandona su compromiso con la electrificación, sino que ajusta su rumbo.


El futuro de la F-150 Lightning y la nueva estrategia

El camino futuro, según Farley, pasa por modelos como la F-150 Lightning. La intención es desarrollar una segunda generación de este vehículo que sea más asequible y capaz de generar beneficios. Ford planea reducir costos drásticamente, no solo en la batería, sino en todo el proceso de diseñar y fabricar el vehículo. El objetivo es competir directamente con los modelos de combustión interna en precio, sin depender de subsidios o incentivos gubernamentales.

Un mercado que exige vehículos eléctricos rentables

Esta admisión refleja una realidad del mercado: la adopción masiva de vehículos eléctricos depende de que sean financieramente accesibles. Los altos costos iniciales siguen siendo una barrera principal para muchos compradores. Ford ahora se enfoca en lograr economías de escala y eficiencias en la producción que le permitan ofrecer vehículos eléctricos con un precio de venta competitivo. La compañía parece aprender que, en Estados Unidos, la electrificación debe convencer primero al bolsillo.

Parece que el plan de vender camionetas eléctricas al precio de una casa pequeña no era tan brillante como pensaban. Ahora toca buscar la fórmula mágica: hacer que cuesten lo mismo que las de gasolina pero sin que la empresa pierda dinero, un desafío que tiene a todos los fabricantes haciendo malabares con los números.