El proceso de estilizar pelo en 3D comienza al crear un sistema de curvas o guías sobre el cuero cabelludo del modelo. Estas guías, que el artista coloca y ajusta manualmente, establecen la forma, la dirección y la longitud base de la masa capilar. El software de simulación, como XGen en Maya o el sistema de pelo en Blender, usa estas guías para interpolar y generar millones de hebras individuales, lo que da volumen y densidad al cabello. Este método permite controlar con precisión el estilo general antes de simular el movimiento o añadir detalles finos.


Las guías controlan la simulación y el aspecto final

Una vez establecidas las guías, se ajustan parámetros como la densidad, el rizado, el grosor y el color para definir el aspecto del cabello. Los nodos de shader asignan cómo la luz interactúa con cada hebra, creando reflejos y transparencias realistas. Para animar, se aplican fuerzas físicas como gravedad, viento o colisiones con el cuerpo y la ropa. El software procesa estas interacciones para que el pelo se mueva de forma natural y creíble en cada fotograma, lo que requiere equilibrar el detalle visual con el tiempo que tarda en simular.

La optimización es clave para renderizar eficientemente

Renderizar millones de hebras de pelo puede consumir muchos recursos. Para optimizar, se usan técnicas como instanciar geometría, niveles de detalle (LOD) que reducen la complejidad a distancia, y mapas de sombras que simulan volumen sin geometría adicional. Algunos motores de renderizado integran métodos específicos para procesar pelo, lo que acelera el cálculo de la iluminación y las sombras. Planificar bien la estructura de las guías desde el inicio ayuda a evitar problemas de simulación y a mantener tiempos de render manejables sin sacrificar demasiada calidad visual.

Un mal día estilizando pelo puede hacer que tu personaje parezca que sobrevivió a un huracán eléctrico, no a una elegante sesión de fotos.