Los fabricantes de trenes de alta velocidad como Siemens y Alstom integran la impresión 3D con polímeros en su proceso de desarrollo. Esta tecnología les permite prototipar y fabricar componentes internos para las cabinas de pasajeros y de conducción. Así, producen paneles, soportes para asientos, carcasas para sistemas de información y piezas de mobiliario de forma directa. Este método agiliza el ciclo de diseño y facilita personalizar los elementos según las necesidades de cada operador ferroviario.


La tecnología optimiza el diseño para ergonomía y seguridad

Al fabricar piezas con impresión 3D, los ingenieros pueden optimizar su geometría de formas que serían imposibles o muy costosas con métodos tradicionales. Esto es crucial para mejorar la ergonomía de los asientos y los paneles de control, así como para integrar funciones de seguridad de manera más eficiente. La libertad de diseño permite crear estructuras ligeras pero robustas, con refuerzos internos estratégicos, que cumplen con los estrictos estándares de la industria ferroviaria.

El proceso reduce tiempos y permite series cortas

Esta aproximación acorta significativamente el tiempo que se tarda en desarrollar un nuevo componente, desde el concepto hasta la pieza física lista para evaluar. Además, es ideal para fabricar series cortas o piezas de repuesto bajo demanda, lo que simplifica la logística y reduce la necesidad de mantener grandes inventarios. La capacidad de iterar rápidamente sobre un diseño sin costosas herramientas de moldeo es una ventaja clave durante las fases de prueba y validación.

Quizás el único despiste que no se puede imprimir en 3D es el del pasajero que sigue buscando el botón para abrir la ventana.