En la década de 2000, Mental Ray, Brazil R/S y finalRender compiten como motores de render externos para 3ds Max. Mental Ray, integrado por defecto, se percibe como una solución robusta y estable para producción. Brazil R/S destaca por su calidad fotorrealista y su sistema de iluminación global, mientras finalRender atrae a quienes buscan potencia y control avanzado sobre fenómenos físicos como la dispersión de luz.


Mental Ray establece un estándar de integración
Mental Ray llega a muchos usuarios por su inclusión en 3ds Max y otros paquetes de Autodesk. Su arquitectura permite procesar escenas complejas y su sistema de sombreado mental ray | shader ofrece un flujo de trabajo coherente. Aunque su interfaz puede resultar técnica, su fiabilidad para animación y efectos visuales lo consolida en estudios que requieren estabilidad.

Brazil R/S y finalRender buscan la fidelidad física
Brazil R/S, de SplutterFish, y finalRender, de Cebas, se posicionan como alternativas especializadas. Brazil se enfoca en simular la luz con gran precisión, ofreciendo un control meticuloso sobre la iluminación global y las cáusticas. FinalRender, por su parte, se promociona como un motor completo que integra capacidades avanzadas como la dispersión sub-superficial de manera eficiente, compitiendo en velocidad y realismo.

Cada uno tenía sus devotos, discutiendo en foros sobre tiempos de render y ruido en las sombras como si se tratara de filosofías de vida, no solo de software.