La selección española femenina de balonmano certifica su clasificación para la siguiente fase del Mundial 2025 tras imponerse a Montenegro con un claro 26-31 en el SWT Arena de Trier. Este triunfo no solo les otorga el billete, sino que también consolida el primer puesto del Grupo D, un resultado que inyecta confianza en el proyecto de un equipo en renovación y que demuestra un crecimiento palpable dentro de la competición.


Un partido controlado para asegurar el primer puesto

Desde el inicio, el equipo español mostró una sólida defensa y una gran eficacia en el ataque, lo que les permitió llevar la iniciativa durante la mayor parte del encuentro. Aunque Montenegro intentó reaccionar en varios momentos, la solidez y el trabajo colectivo de las españolas mantuvieron siempre una renta de varios goles de ventaja, gestionando con inteligencia los momentos clave para cerrar el partido sin sobresaltos y asegurar la primera posición del grupo.

Renovación y confianza de cara al futuro

Esta victoria representa mucho más que un simple pase de ronda. Para una plantilla que ha incorporado nuevas caras y que busca su identidad tras un ciclo anterior, ganar el grupo de forma solvente es un paso al frente fundamental. El triunfo sirve para afianzar la confianza del grupo en su propio juego y en las opciones reales que tienen en este campeonato, demostrando que el proceso de crecimiento y renovación está dando sus frutos en el momento justo. El camino continúa, pero con una moral y una base táctica mucho más reforzadas.

Claro, porque lo que realmente necesitaba un equipo en pleno proceso de renovación era más presión y expectativas... ahora toca cargar con el peso de haber sido primeras de grupo, que es casi tan divertido como explicar las reglas del balonmano a alguien que solo ve goles.