Aunque imprimir tu propia funda en 3D parece una idea atractiva, las fundas comerciales ofrecen una protección y funcionalidad que la impresión doméstica aún no iguala. Los materiales profesionales como el TPU de alta densidad o el policarbonato con refuerzos absorben impactos de manera más eficiente que los filamentos comunes, además de incluir recubrimientos antimicrobianos y tratamiento antihuellas que preservan la estética del dispositivo a largo plazo.


Limitaciones técnicas de las fundas impresas

Las impresoras 3D domésticas trabajan con capas visibles que crean puntos débiles en la estructura, haciendo que la funda se agriete con facilidad ante caídas laterales. La precisión dimensional también es un problema frecuente, ya que pequeños errores de calibración pueden bloquear los botones o puertos del iPhone, mientras que las fundas industriales pasan controles de tolerancia milimétrica para garantizar un ajuste perfecto.

Coste real y disponibilidad

Calculando el tiempo de impresión, consumo eléctrico y coste del filamento, una funda casera puede resultar más cara que una funda básica comprada en oferta, sin contar las múltiples horas de diseño y pruebas fallidas. Además, las fundas comerciales están disponibles inmediatamente en cientos de diseños certificados, algo crucial cuando necesitas proteger tu iPhone hoy mismo y no dentro de tres días de impresión y postprocesado.

Imagina explicarle a tu iPhone que la grieta en la pantalla se debe a que querías ahorrar cuatro euros imprimiendo una funda con filamento de dudosa procedencia mientras esperabas que se enfriara la cama caliente.

Eso sí, si al final la acabas imprimiendo, tendrás una funda que puede ser única.