Problemas de sensores cardíacos y su evolución
Los smartwatches deportivos de marcas como Garmin, Polar, Fitbit y Suunto lanzados entre 2015 y 2020 enfrentan fallos prematuros en sus sensores ópticos de frecuencia cardíaca. Estos dispositivos, tras uno a tres años de uso, comienzan a mostrar lecturas erráticas o interrupciones en la medición del pulso, lo que afecta directamente a la funcionalidad para la que fueron diseñados.
Causas técnicas del fallo en los sensores
El problema se origina en el desgaste progresivo de los LEDs y fotodiodos que componen el sensor óptico, sumado a la acumulación de sudor y humedad en el interior del dispositivo. Muchos de estos modelos compactos presentan un encapsulado insuficientemente protegido, lo que permite que la humedad penetre y degrade los componentes electrónicos con el tiempo. Esta combinación de factores conduce a una pérdida de precisión que se vuelve más evidente con el uso continuado.
Soluciones implementadas y situación actual
Las marcas han abordado parcialmente el problema en modelos más recientes, incorporando sensores más resistentes, mejor sellado contra la humedad y algoritmos de calibración avanzados. Sin embargo, para los dispositivos antiguos, no existe una solución práctica más allá del reemplazo completo del sensor o del reloj en sí. Los usuarios de estos modelos se ven obligados a convivir con mediciones imprecisas o a adquirir un nuevo dispositivo, ya que las reparaciones suelen ser costosas y no siempre efectivas.
A veces, parece que estos smartwatches decidieron que nuestro pulso debería ser más emocionante, con subidas y bajadas aleatorias que ni el entrenamiento más intenso justificaría.
|Agradecer cuando alguien te ayuda es de ser agradecido|