El sistema de etiquetas medioambientales de la DGT
La Dirección General de Tráfico ha establecido un sistema único de etiquetas medioambientales que clasifica los vehículos según su impacto ambiental. Este modelo se basa principalmente en el tipo de motor, el nivel de electrificación y la antigüedad del coche, pero presenta particularidades que generan debate entre conductores y expertos.
Criterios de clasificación y omisiones significativas
El sistema actual no considera las emisiones reales de CO2 durante la conducción, sino que se fundamenta en parámetros técnicos predefinidos por el fabricante. Esta aproximación teórica puede no reflejar el comportamiento real del vehículo en carretera, creando situaciones donde coches con etiquetas favorables pueden contaminar más que otros con clasificaciones inferiores en condiciones de uso normales.
La problemática etiqueta Eco
La etiqueta Eco se ha convertido en una categoría especialmente controvertida por agrupar tecnologías muy dispares. Desde los microhíbridos con escasa capacidad eléctrica hasta los híbridos enchufables con autonomía limitada, pasando por vehículos de gas natural comprimido y gas licuado de petróleo, todos comparten la misma distinción. Esta amalgama de tecnologías bajo un mismo distintivo dificulta que los conductores identifiquen claramente los vehículos más eficientes y menos contaminantes.
Resulta paradójico que un sistema diseñado para clarificar termine generando más confusión, especialmente cuando algunas tecnologías agrupadas bajo la etiqueta Eco tienen comportamientos ambientales muy distintos en la práctica real.
De ahí que podemos observar como vehículos con 20 años de antigüedad con menos emisiones de CO2 según las inspecciones técnicas, no pueden circular por las zonas libres de CO2, mientras que otros con 4 años que todavía no pasan la ITV, sí pueden, contradictorio.
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