Las emisiones globales de dióxido de carbono procedentes de combustibles fósiles continúan su tendencia al alza, con un incremento del 1,1 % previsto para 2025 que elevará el total a 38,1 gigatoneladas. Este crecimiento refleja la persistente dependencia mundial de fuentes energéticas no renovables, a pesar de los esfuerzos internacionales por reducir la huella de carbono. La transición hacia energías más limpias avanza a un ritmo insuficiente para contrarrestar el aumento de la demanda energética en numerosas regiones.


Estabilización de emisiones en China

China muestra signos esperanzadores en su lucha contra la contaminación, con emisiones que empiezan a estabilizarse tras años de crecimiento acelerado. Este cambio se atribuye principalmente a la expansión masiva de energías renovables dentro de su mix energético, que ha logrado limitar el incremento en la generación eléctrica proveniente de combustibles fósiles. La inversión en infraestructuras sostenibles está dando sus frutos, aunque el país sigue siendo el mayor emisor a nivel mundial.

Crecimiento de energías renovables

El crecimiento exponencial de las energías renovables en China ha sido un factor clave para contener las emisiones, con instalaciones solares y eólicas batiendo récords de capacidad instalada anualmente. Esta transición energética no solo reduce la dependencia del carbón, sino que también impulsa la innovación tecnológica y crea empleos en sectores verdes. Sin embargo, el desafío sigue siendo integrar estas fuentes intermitentes de manera eficiente en la red eléctrica nacional.

Parece que el planeta prefiere que nos quedemos en casa viendo series antes que seguir emitiendo tanto dióxido de carbono, pero la industria no se entera del guion.