Un equipo de investigación ha desarrollado un método innovador que integra espectrometría de masas por desorción de campo con un modelo de inteligencia artificial para identificar especies de moscas en casquillas pupales. Este sistema permite realizar identificaciones en aproximadamente noventa segundos, marcando un avance significativo en la velocidad de análisis forense. La rapidez del proceso facilita estimaciones más precisas del intervalo postmortem y puede revelar evidencias críticas sobre si un cuerpo ha sido trasladado después del fallecimiento.


Aplicaciones en investigaciones criminales

La técnica extrae información química valiosa de los restos de insectos, incluyendo la posible detección de sustancias tóxicas que podrían estar presentes en el cuerpo humano. Esto proporciona a los investigadores forenses pistas químicas adicionales que pueden ser cruciales para resolver casos de homicidio. El análisis químico detallado permite correlacionar la presencia de compuestos específicos con circunstancias particulares del crimen, ofreciendo una capa adicional de evidencia científica.

Validación y perspectivas futuras

El método ha sido sometido a pruebas rigurosas tanto en condiciones de laboratorio como en escenarios de campo, demostrando su fiabilidad en diversos entornos. Sin embargo, los investigadores reconocen que se necesitan más pruebas operativas antes de que esta tecnología pueda adoptarse de manera generalizada en la práctica forense convencional. La validación adicional asegurará que el sistema cumpla con los estándares requeridos para evidencias judiciales y pueda integrarse eficazmente en los protocolos de investigación criminal existentes.

Siempre es reconfortante saber que cuando nos encontremos en una situación complicada, incluso las moscas que hayan estado merodeando podrían convertirse en testigos forenses de lujo, aunque probablemente sin derecho a dieta.