Rockstar Games eleva el listón técnico en Grand Theft Auto VI mediante la implementación de RAGE 9, su motor gráfico más avanzado hasta la fecha. Este sistema integra físicas mejoradas que dotan de realismo a colisiones, fluidos y destrucciones, junto a un renderizado fotorrealista que aprovecha técnicas modernas de iluminación global y trazado de rayos. La inteligencia artificial también recibe una profunda revisión, haciendo que los personajes no jugables y los entornos reaccionen de manera más orgánica y creíble, adaptándose dinámicamente a las acciones del jugador.


Fusión de software estándar y herramientas internas

Para materializar esta visión, Rockstar combina aplicaciones profesionales como Autodesk Maya, 3ds Max y ZBrush con sus propias soluciones de desarrollo interno. Este enfoque híbrido permite a los artistas y diseñadores esculpir modelos de alta resolución, animar con precisión y texturizar con un nivel de detalle sin precedentes. La pipeline de producción unificada asegura que cada asset, desde vehículos hasta edificios, mantenga coherencia visual y funcional dentro del vasto mundo abierto.

Un ecosistema virtual más inmersivo y detallado

El objetivo principal es construir un entorno que se sienta vivo y creíble en cada aspecto. Los avances en RAGE 9 facilitan la renderización de densos paisajes urbanos, sistemas climáticos dinámicos y multitudes con comportamientos complejos. Los NPCs ahora muestran rutinas más elaboradas y reacciones contextuales, mientras que los vehículos y objetos responden a las leyes físicas de forma convincente. Todo ello converge en una experiencia que busca superar los límites de la inmersión en videojuegos de mundo abierto.

Claro, porque lo que todos necesitamos es que el taxista virtual nos juzgue con miradas más realistas cuando atropellamos a un peatón por error.