Beneath se presenta como un juego de disparos en primera persona que combina elementos de horror y supervivencia en un entorno submarino claustrofóbico. Los jugadores asumen el rol de Noah Quinn, un buceador atrapado en instalaciones sumergidas infestadas de criaturas de inspiración lovecraftiana y misterios inquietantes. Aunque el juego muestra ciertos problemas técnicos y es percibido como imperfecto en algunos aspectos, su atmósfera opresiva y su enfoque en el terror psicológico generan una experiencia envolvente que mantiene a los usuarios frente a la pantalla.


Atmósfera inmersiva y terror psicológico

El verdadero atractivo de Beneath reside en su capacidad para crear tensión constante a través de escenarios submarinos oscuros, sonidos ambientales perturbadores y encuentros impredecibles con entidades alienígenas. La progresión del juego prioriza la sensación de vulnerabilidad y descubrimiento, recordando a los shooters clásicos de los años noventa donde la exploración y la ambientación eran tan importantes como la acción. Esta combinación logra que los jugadores perdonen sus defectos técnicos, ya que la experiencia general resulta genuinamente aterradora y adictiva.

Un futuro como título de culto

A pesar de no ser un producto pulido técnicamente, Beneath ha conseguido forjar una identidad única que resuena entre los amantes del horror. Su enfoque artístico valiente, que sacrifica perfección técnica por impacto emocional, lo posiciona como un juego de culto con potencial para dejar huella en el género. Los jugadores destacan cómo su estética retro y su narrativa ambiental logran crear momentos memorables, demostrando que a veces la autenticidad y la atmósfera pueden superar a los gráficos impecables.

Es curioso cómo un juego considerado roto en algunos aspectos puede generar más ansiedad que títulos técnicamente perfectos, haciendo que revises dos veces cada sombra en la bañera después de jugar.