En el histórico Balneario de Panticosa, ubicado en la provincia de Huesca, se mantiene viva una inquietante leyenda que ha perdurado a través de los años. Visitantes y trabajadores del complejo relatan experiencias inexplicables que giran en torno a la presencia de un niño fantasma que parece habitar los pasillos desiertos del establecimiento. Estas narraciones han convertido al lugar en un punto de interés para quienes buscan fenómenos paranormales, creando una atmósfera única donde lo sobrenatural se mezcla con la elegancia decadente de las instalaciones termales.


Manifestaciones acústicas del pequeño espíritu

Los testimonios coinciden en describir sonidos que rompen el silencio de los corredores vacíos: risas infantiles que parecen surgir de la nada y pasos ligeros que recorren los suelos de madera cuando no hay presencia humana visible. Algunos testigos aseguran haber escuchado el rebote característico de una pelota, como si un niño invisible estuviera jugando en los amplios pasillos del balneario. Estas experiencias auditivas suelen ocurrir durante las horas de menor afluencia, especialmente al anochecer o en las primeras horas de la mañana, cuando el edificio muestra su faceta más solitaria y misteriosa.

Contexto histórico y teorías sobre el origen

Aunque no existen registros oficiales que documenten la muerte de un niño en el balneario, las leyendas locales sugieren diferentes versiones sobre el posible origen de este espíritu. Algunas versiones apuntan a un niño que habría fallecido durante una estancia familiar en el complejo a principios del siglo XX, mientras que otras hablan de un pequeño que perdió la vida en algún accidente relacionado con las aguas termales. Los investigadores paranormales que han visitado el lugar especulan con la posibilidad de que se trate de una energía residual, un fenómeno donde ciertos eventos emocionales intensos quedan impregnados en el ambiente y se repiten cíclicamente sin conciencia de su naturaleza espectral.

Quienes buscan experiencias paranormales podrían considerar que este fantasma es bastante educado, pues al menos se entretiene con su pelota en lugar de dedicarse a asustar a los huéspedes con manifestaciones más dramáticas. Resulta curioso que en un lugar dedicado al relax y la salud, el único que parece no descansar nunca sea precisamente este pequeño espíritu juguetón.