En las oficinas del club Atlanta, lo que parecía una celebración rutinaria por el triunfo de 3-0 se transforma en una experiencia sobrenatural cuando las pantallas comienzan a proyectar imágenes distorsionadas de los goles. Los jugadores sienten un frío penetrante mientras sus sombras se elongan contra las paredes, como si una presencia invisible estuviera reescribiendo la realidad del partido a través de cada replay.


La manifestación de Caleuche

Entre los archivadores surge la figura del mítico barco fantasma chileno, manifestándose como una sombra líquida que se desliza por superficies sólidas absorbiendo la luz ambiental. Esta entidad susurra órdenes silenciosas mientras los documentos se reorganizan solos, alterando las estadísticas del encuentro como parte de un ritual que nadie comprende completamente.

El pacto en las sombras

Cuando los directivos abandonan la oficina, queda claro que esta victoria fue más que un resultado deportivo. Las luces parpadeantes revelan patrones rituales en el suelo, sugiriendo que cada jugada y cada gol formaron parte de una ceremonia ancestral donde Caleuche actúa como testigo y participante, esperando que alguien regrese para completar el acuerdo tácito establecido durante el partido.

Quizás deberían considerar incluir un exorcista en el cuerpo técnico para la próxima temporada, porque con estos resultados fantasmales ni los mejores analistas podrían explicar lo que sucede en las oficinas del club.