Una planta aeroespacial en Rusia ha comenzado a implementar la impresión 3D a gran escala para fabricar piezas compuestas. Este cambio permite producir componentes más ligeros y complejos que serían casi imposibles de crear mediante métodos tradicionales. Los ingenieros utilizan software como SolidWorks, CATIA y Autodesk Fusion 360 para diseñar cada pieza digitalmente antes de enviarlas a impresoras industriales que manejan materiales compuestos avanzados. La combinación de diseño 3D y fabricación aditiva acelera el tiempo de producción y reduce costos sin comprometer la resistencia de las piezas.


Del diseño digital a la realidad

Todo comienza en el ordenador, cada componente se modela con precisión, teniendo en cuenta cargas, tensiones y propiedades del material. Luego, las impresoras 3D de gran tamaño crean las piezas capa por capa, a veces de varios metros de longitud. Programas como Fusion 360 permiten simular el proceso de impresión, asegurando que no haya deformaciones o fallos durante la fabricación. Es un ejemplo de cómo la ingeniería y el software trabajan juntos para lograr resultados que antes parecían de ciencia ficción.

Cuando la impresora quiere vacaciones

Entre tanto proyecto de alta tecnología, uno se imagina la impresora 3D tomando un café cortado y preguntando si puede imprimir una taza también. Por suerte, aún no se ha rebelado… al menos no públicamente.