La nueva Nvidia GeForce RTX 5050 llega al mercado como la opción de entrada de la serie RTX 5000. Se trata de una tarjeta gráfica que ofrece soporte para DLSS 4, mejoras en eficiencia energética y compatibilidad con las últimas tecnologías de trazado de rayos. Sin embargo, el salto de rendimiento respecto a la RTX 4050 es modesto, lo que hace que este lanzamiento se perciba más como una puesta al día obligatoria que como una innovación rompedora.


Puntos clave:

  • Actualización modesta respecto a la RTX 4050, con mejoras en eficiencia.
  • Compatibilidad con DLSS 4 y tecnologías modernas de ray tracing.
  • Segmento de entrada para quienes quieren acceder al ecosistema RTX 5000.
  • Mercado objetivo orientado a jugadores casuales y creadores con presupuestos ajustados.

Ventajas:

  • Más eficiente energéticamente que la generación anterior.
  • Soporte actualizado para DLSS 4 y trazado de rayos.
  • Precio más accesible dentro de la nueva serie.

Limitaciones:

  • Incremento de rendimiento discreto frente a la RTX 4050.
  • Poca innovación real en arquitectura.
  • Podría quedar rápidamente eclipsada por modelos superiores.

Conclusiones:

La RTX 5050 cumple su papel como tarjeta de entrada en la nueva serie, ofreciendo lo necesario para estar al día, pero sin grandes sorpresas. Es una gráfica que funcionará bien para gaming en 1080p y creadores básicos, aunque difícilmente emocionará a quienes esperaban una revolución. En resumen: es como cambiar de coche solo para que siga pasando la ITV, no porque realmente quieras estrenar modelo.