Los Remote Access Trojan, más conocidos como RAT, son troyanos capaces de tomar control total de un smartphone, permitiendo a los ciberdelincuentes acceder a fotos, mensajes, contactos, contraseñas y hasta activar micrófono o cámara sin que el usuario lo note. Estos malware han evolucionado junto con los sistemas móviles, haciéndose más sofisticados y difíciles de detectar.


Cómo funciona un RAT en un smartphone

El RAT se instala generalmente a través de aplicaciones falsas, enlaces maliciosos o archivos adjuntos en correos y mensajes. Una vez activo, el malware se comunica con un servidor de control remoto, que permite al atacante:
- Leer y enviar mensajes: acceso completo a SMS, WhatsApp y otras apps de mensajería.
- Rastrear ubicación: geolocalización en tiempo real del dispositivo.
- Control de hardware: encender micrófono o cámara sin permiso.
- Robar credenciales: contraseñas, tokens de apps bancarias y cuentas de redes sociales.
- Manipular archivos: descargar, subir o borrar documentos y fotos.

Prevención y buenas prácticas

Evitar la instalación de aplicaciones fuera de tiendas oficiales, mantener el sistema operativo y apps actualizados, y usar soluciones de seguridad móvil confiables son pasos clave para reducir el riesgo de infección por RAT. Además, la educación sobre enlaces sospechosos y phishing es esencial para proteger la información personal y corporativa.

El RAT puede husmear todo en tu smartphone… pero todavía no puede hacer que recuerdes dónde dejaste el cargador.