Primeros pasos con lipsync cuando la cara empieza a hablar
Si estás dando tus primeros pasos en animación facial, especialmente con lipsync (sincronización labial), lo más importante no es que todo quede perfecto, sino entender el ritmo, las formas de la boca y cómo se acompasan con el audio. Y por lo que cuentas, lo has disfrutado, que es justo lo que hace falta para mejorar. Que se ría uno mismo del resultado es el mejor filtro de honestidad que hay en animación.
¿Cómo empezar a pulirlo?
La clave está en observar bien los fonemas del audio y traducirlos a visemas (las formas visuales de la boca). No hace falta usar todos los visemas posibles, con unos 8 bien elegidos puedes cubrir casi cualquier diálogo. Si estás trabajando en Maya, Blender o 3ds Max, lo ideal es usar blend shapes o morph targets, y animarlos desde el Graph Editor o con controladores faciales personalizados. Asegúrate de marcar bien los momentos clave del audio: apertura, cierre, presión de labios y acentos, que es donde realmente se siente el ritmo.
Consejos para no parecer ventrílocuo digital
Uno de los errores más comunes al empezar es mover la boca demasiado o que se desincronice con el audio. Reproduce el vídeo con el sonido a bajo volumen y fíjate si se entiende lo que dice solo con la animación. Si no es así, ajusta los tiempos. Y sobre todo, evita que los labios se muevan cuando no hay sonido: ese pequeño silencio también se anima.
Después de horas puliendo la boca, ajustando fonemas y perfeccionando los labios... te das cuenta de que nadie se fija si el personaje vocaliza bien, pero sí notan si la ceja no levanta a tiempo. Así es la animación facial: el mayor drama está siempre en los detalles más pequeños.
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