El secreto de esta mejora está en un láser innovador con forma de anillo, en lugar del láser tradicional con forma de punto. Este láser permite penetrar mejor el material sin causar inestabilidad en el proceso, lo que permite imprimir capas más gruesas y aumentar la productividad.
Además, al usar un sistema de imágenes de rayos X a alta velocidad, los investigadores pudieron observar cómo se comporta el material mientras se imprime, lo que les permitió identificar exactamente qué condiciones usar para evitar los defectos.
Este avance es importante porque la impresión 3D de metales tiene un gran potencial para fabricar formas complejas que no se pueden lograr con métodos tradicionales, pero hasta ahora los defectos han limitado su fiabilidad, especialmente en aplicaciones donde la pieza no puede fallar. Con esta nueva técnica, no solo se resuelven esos problemas de calidad, sino que también se mejora la velocidad de producción, lo que hace que esta tecnología sea mucho más útil para aplicaciones críticas.
Este logro no solo mejorará la fabricación de piezas metálicas de alta calidad, sino que también podría hacer que la impresión 3D de metales se utilice más ampliamente en sectores como la aviación, la medicina y la energía, donde la fiabilidad es esencial.