Publicado el 22/11/2025, 18:33:38 | Autor: 3dpoder

El Olláparo: la criatura gallega que acecha en la niebla

Una criatura humanoide pálida con extremidades desproporcionadas y ojos rojos brillantes, deslizándose entre robles centenarios envueltos en niebla espesa, con garras afiladas visibles.

El Olláparo: la criatura gallega que acecha en la niebla

En las espesuras boscosas de Galicia, donde la bruma se enreda en las ramas como un manto espectral, habita el Olláparo. Esta entidad no es un simple cuento para asustar a los pequeños, sino una presencia real que contamina la atmósfera con su hedor nauseabundo. Los aldeanos pronuncian su nombre con voces temblorosas, conscientes de que su rugido nocturno anuncia desapariciones irrevocables. Su silueta se mueve entre árboles milenarios, y su apetito voraz solo se sacia con víctimas humanas. Los testigos de sus pupilas escarlata relatan una demencia que devora la cordura y un pavor que desintegra el espíritu. 🌫️

Anatomía de una aberración sobrenatural

El Olláparo domina el paisaje como un coloso de carne distorsionada, con apéndices alargados que se contorsionan de modo antinatural. Su epidermis, blanquecina y plagada de úlceras exudantes, desprende un aroma pútrido que perdura en el entorno. Sus extremidades culminan en garras filudas capaces de destrozar rocas y cuerpos con idéntica brutalidad. Sin embargo, el aspecto más horroroso no radica en su fisonomía, sino en su mueca siniestra. Una hendidura carmesí que se expande en su faz al percibir el temor, augurando un suplicio prolongado y deliberado. Cada pisada retumba como un estruendo sordo, señalando que el fin se aproxima. 💀

Rasgos físicos distintivos:
"Quienes han visto sus ojos rojos brillando en la oscuridad describen una locura que se apodera de la mente, un terror que corroe el alma hasta convertirla en polvo."

El siniestro protocolo de acecho

Ningún humano evade al Olláparo una vez que este fija su atención. Inicialmente, proyecta ensueños corruptores que invaden la psique con visiones de fauces y tinieblas. Posteriormente, persigue el aroma del pánico, nutriéndose tanto del miedo como de la carne fresca. Las noches de plenilunio son las más críticas, cuando su poder culmina y las arboledas se transforman en su coto privado de caza. Aquellos que buscan refugio oyen su respiración grave aproximándose, un sonido que inmoviliza y obnubila. Al localizar a su objetivo, no ejecuta un deceso rápido. Opta por un juego macabro, conduciendo a su presa hacia las zonas más recónditas del bosque, donde los alaridos se extinguen entre la vegetación. 🌕

Fases de la cacería:

Confrontación con lo inevitable

Si percibes pisadas resonantes a tus espaldas en la penumbra, no huyas. La criatura disfruta de la persecución, y la resistencia solo intensifica su sadismo. Resignarse al destino quizá garantice un desenlace menos tortuoso, aunque ello implique integrar su dieta antropófaga. El Olláparo, en su perversidad, asegura que cada víctima sea recordada, incluso si es como un componente de su digestión. Esta leyenda gallega encarna el horror ancestral que yace en lo desconocido, recordándonos que algunos misterios es mejor no desvelarlos. 🕯️

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