Publicado el 25/9/2025, 14:11:28 | Autor: 3dpoder

El ocaso de los SSD SATA, por qué PCIe 4.0 y 5.0 son el presente

Comparativa visual de tres unidades SSD: un disco SATA tradicional, un M.2 PCIe 4.0 y un ultrarrápido M.2 PCIe 5.0 sobre una placa base.

El adiós a un viejo amigo del almacenamiento

Hubo un tiempo en que instalar un SSD SATA en un ordenador era la mejor actualización posible. El salto desde un disco duro mecánico era tan abismal que sentías que tenías un superordenador. 💾 Pero la tecnología avanza, y lo que ayer era revolucionario, hoy se ha convertido en un cuello de botella. Los SSD SATA, con su límite teórico de 600 MB/s, simplemente no pueden seguir el ritmo de las demandas actuales de software, especialmente en entornos profesionales de creación de contenido.

El presente: PCIe 4.0 para la mayoría

El estándar que ha tomado el relevo de forma masiva es el PCIe 4.0. Estas unidades, que se conectan directamente en la ranura M.2 de la placa base, ofrecen velocidades de lectura y escritura que superan los 7.000 MB/s. 🚀 Para un gamer, esto significa tiempos de carga casi instantáneos. Para un artista 3D o un editor de vídeo, representa la capacidad de trabajar con texturas de alta resolución y secuencias 4K sin que el sistema se congele. Es el punto dulce entre rendimiento y precio.

PCIe 4.0 es el nuevo estándar de facto para cualquier PC moderno de gama media-alta.

El futuro ya está aquí: PCIe 5.0 para profesionales

Para aquellos que trabajan con archivos de cientos de gigabytes, como proyectos de VFX o modelos 3D extremadamente complejos, el PCIe 5.0 es la respuesta. Con velocidades que pueden superar los 12.000 MB/s, estos SSD son capaces de mover datos a una velocidad que hace unos años parecía ciencia ficción. 💻 La contrapartida es que generan más calor y requieren disipadores eficaces, además de necesitar una placa base y un procesador que soporten este estándar.

¿Merece la pena el cambio?

Si tu trabajo depende de la velocidad de transferencia de datos, la respuesta es un sí rotundo. 🕒 El tiempo que se ahorra al cargar proyectos, renderizar o mover archivos grandes se traduce directamente en mayor productividad. Para un uso general o ofimática, un SATA puede ser suficiente, pero es como conducir un coche antiguo por una autopista vacía: funciona, pero no estás aprovechando todo el potencial del camino.

Así que, si aún tienes un SSD SATA, puedes mirarlo con cariño, como quien guarda un disco compacto. Cumplió su función en su momento, pero el mundo ya se mueve en streaming de datos a alta velocidad. 📀 Un bonito recuerdo de una era más simple.

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