El Ministerio de Educación confirma que mantendrá el nuevo diseño curricular para el Bachillerato, que fusiona las materias de Biología y Geología en una sola asignatura, y hace lo mismo con Física y Química. Esta decisión se adopta a pesar de las numerosas críticas y del rechazo expresado por parte de colectivos de profesorado y diversas sociedades científicas del país. La administración educativa argumenta que este cambio busca modernizar el currículo y fomentar una visión más interdisciplinar de la ciencia entre el alumnado.


La comunidad educativa y científica muestra su desacuerdo

Desde que se propuso el borrador, la medida ha generado un amplio malestar. Asociaciones de docentes y sociedades como la Real Sociedad Española de Física o la Real Sociedad Española de Química han manifestado su preocupación. Alegan que fusionar estas disciplinas puede diluir los contenidos específicos y esenciales de cada una, perjudicando la profundidad y la calidad de la formación que reciben los estudiantes. Temen que esta reorganización dificulte que el alumnado adquiera las bases sólidas necesarias para estudios universitarios posteriores en carreras técnicas y científicas.

Los argumentos oficiales frente a las críticas

El Ministerio defiende la fusión como un paso necesario para actualizar la enseñanza y reducir la carga lectiva, permitiendo un enfoque más competencial y menos memorístico. Insisten en que el nuevo modelo no elimina contenidos, sino que los integra bajo perspectivas más globales, como la sostenibilidad o la salud. Sin embargo, los críticos replican que, en la práctica, la reducción horaria y la agrupación forzosa llevarán inevitablemente a simplificar o omitir temas fundamentales, empobreciendo el currículo.

Mientras el ministerio habla de sinergias y visión holística, muchos profesores en los institutos se preguntan cómo explicarán la mecánica cuántica y la tabla periódica en el mismo tema sin que algo se pierda por el camino, además de su propia especialidad.