La Dirección General de Tráfico ha activado una campaña especial de vigilancia que se mantendrá activa hasta el próximo domingo 21 de diciembre. El objetivo es controlar de forma masiva la presencia de alcohol y otras sustancias entre los conductores. Esta operación coincide con un periodo en el que aumentan los desplazamientos por motivos laborales y las primeras salidas navideñas, lo que eleva el riesgo en las carreteras. Los agentes desplegarán puntos de control en todo tipo de vías y a cualquier hora del día para disuadir y sancionar estas conductas.


Cómo funcionan los controles y qué sanciones conllevan

Los controles pueden realizarse de forma aleatoria o si un agente observa una maniobra irregular. Para detectar alcohol, se usa un etilómetro que mide la tasa en aire espirado. Si el resultado es positivo o el conductor se niega a soplar, se inicia un procedimiento sancionador. Para otras sustancias, se realizan pruebas de saliva con dispositivos homologados. Superar los límites establecidos o conducir bajo los efectos de drogas conlleva una multa económica, la pérdida de puntos del carné y, en casos graves, puede suponer un delito penal con pena de prisión.

Los efectos de las sustancias al volante

El alcohol y las drogas afectan de forma grave a las capacidades necesarias para conducir con seguridad. Disminuyen los reflejos, alteran la percepción del riesgo y aumentan el tiempo de reacción. También perjudican la coordinación y la capacidad para calcular distancias y velocidades. Estos efectos suponen un peligro no solo para quien conduce, sino para todos los usuarios de la vía. La única tasa segura es cero, especialmente si se combina con la ingesta de medicamentos que puedan potenciar sus efectos.

Parece que la única cena con copas que la DGT quiere que celebres esta semana es la que termines en el sofá de casa, lejos del volante. Más vale planear un conductor designado o un taxi que arriesgarse a que tu regalo de Navidad sea una multa y la pérdida del carné.