El gobierno australiano planea prohibir que los menores de 16 años accedan a plataformas como Instagram y TikTok sin el consentimiento explícito de sus padres. Esta medida, que se anuncia como una forma de proteger a los jóvenes, ya genera reacciones entre su principal grupo objetivo. Los adolescentes consultados por New Scientist explican que prevén sortear la restricción. Muchos mencionan que usarán cuentas creadas previamente por familiares o que recurrirán a redes sociales menos populares y vigiladas. Otros planean emplear VPN para simular que navegan desde otros países con normas más permisivas.


La prohibición exige verificar la edad de forma estricta

La ley propuesta obligaría a las plataformas a verificar la edad de sus usuarios de manera rigurosa, posiblemente cruzando datos con documentos oficiales. Este sistema, que algunos califican de borrador digital, busca impedir que los menores mientan sobre su fecha de nacimiento al registrarse. Sin embargo, los expertos en tecnología dudan de su eficacia total. Señalan que los métodos para verificar la identidad en línea no son infalibles y que los jóvenes suelen hallar formas creativas de saltarse los límites digitales que los adultos imponen.

Los expertos cuestionan el enfoque de la prohibición

Varios investigadores en seguridad digital y psicología adolescente argumentan que prohibir el acceso no soluciona el problema de base. Sugieren que es más efectivo educar a los jóvenes para que naveguen de forma segura y comprendan los riesgos, en lugar de aislarlos. Afirman que una prohibición absoluta puede generar que los adolescentes busquen espacios en línea aún menos regulados y más peligrosos, donde la supervisión adulta sea nula. El debate se centra en si es mejor controlar el acceso o potenciar la capacidad crítica de los usuarios más jóvenes.

Parece que la carrera entre quienes legislan el internet y quienes viven en él tiene una nueva meta, y los adolescentes llevan ventaja en conocimiento del terreno.